Nota: Publicamos la II entrega de una breve crónica de la vida y obra de Carlos Julio Niño Rodríguez, como un homenaje a este importante dirigente, cofundador del cooperativismo de ahorro y crédito en Colombia, y de varias cooperativas en el país. Fue un ideólogo, un místico. Defensor de la filosofía, principios y valores del cooperativismo y del modelo mismo como alternativa de satisfacción de las necesidades y superación de la pobreza de las personas y sus familias. Un “líder obrero”, como lo definió su gran amigo, el abogado y también destacado cooperativista, Rymel Serrano.
Como se recordará, Fecolfín creó en 2015 la Medalla al Mérito Cooperativo “Carlos Julio Niño Rodríguez”, que se otorga anualmente a quienes han dedicado su vida al desarrollo del sector, al bienestar de los asociados, sus familias, y especialmente al progreso de sus comunidades.
Este año se entregará en el marco de la IX Convención Financiera Cooperativa Internacional 2022, que se realizará en la ciudad de Medellín entre los días 12 y 13 de octubre próximo.
Esta historia sobre la vida privada y laboral de Carlos Julio Niño Rodríguez, está basada en testimonios y entrevistas reales con sus hermanas, hijos, nietos, sobrinos y en registros en los libros de la Familia Niño Rodríguez el árbol genealógico, utilizados en un video casero que por tradición realizan sus descendientes para celebrar los centenarios de sus ancestros. Su divulgación ha sido autorizada por sus familiares.
Carlos julio nació el 24 de agosto de 1922, en Bonza, inspección de Duitama, Vereda la Trinidad, Departamento de Boyacá, Colombia, y falleció el 29 de septiembre de 1996 en Bogotá.
Una de sus virtudes, dicen sus familiares, “era que por difíciles que fueran las circunstancias de la vida, siempre tenía esperanza en un mejor mañana, por esto acuñó una célebre frase: “Las horas más oscuras son aquellas que preceden al alba”.
Con gran humor se disfrazaba para las fiestas, por eso, afirman sus nietos, fueron privilegiados al tener la fortuna de conocer y disfrutar del amor y el consentimiento de su abuelo. “Se gozaba cada momento”.
El 15 de agosto de 1959, Carlos Julio y el sacerdote Francisco Javier Mejía, junto con otros dirigentes cooperativos, fundan la Unión Cooperativa Nacional de Crédito (UCONAL), en la Casa de Retiros de Emaús en Bogotá, con el objetivo de ser una entidad de formación de líderes; promoción y fundación de cooperativas de ahorro y crédito. Fue tal el trabajo, la gestión y la mística, que en las dos siguientes décadas, Uconal, que también sería el primer gremio de cooperativas de ahorro y crédito en Colombia, promueve, crea y funda, con el apoyo del Clero y los sindicatos de Antioquia y Santanderes, más de 600 cooperativas
Al mes siguiente, en septiembre de 1959, fallece su madre, doña Ana Joaquina. “Lloró desconsolado, con el dolor en el alma, por no haber podido despedirse de mi madre. Fue muy doloroso para él y para todos”, contaron sus hermanas Teresa y Margoth.
En la década de los sesentas, Carlos y sus hermanos, le dieron al sector cooperativo de ahorro y crédito un gran empuje, con la fundación de varias empresas cooperativas.
“Con sus hermanos, que eran sus mejores amigos, analizaban, discutían y planteaban soluciones e iniciativas para el sector social. Por eso, también lideraron la creación de empresas como Coopdesarrollo, Cupocrédito, Coopserfun, Coopsuramerica, Crediflores, Seguros Uconal, hoy La Solidaria y Fundesarrollo”, rememora su sobrina, e hija de su hermano JoseT, Rosa Emma Niño.
En 1964, a sus 42 años, viajó a Tel-Aviv, Israel, para asistir al seminario de cooperativas de vivienda. “Tuvo la fortuna de poder viajar por el mundo y ampliar sus conocimientos y su cultura”. “El disfrute de los viajes y la vida en familia fue una de sus grandes virtudes”, dicen sus hijos.

Don Carlos Julio fue gerente en Colombia de la Compañía Mundial de Seguros Cooperativos (Cuna Mutual) cuya casa matriz está en Wisconsin, Estados Unidos, y  tiempo después, ocupó la gerencia  de la oficina latinoamericana

Cuna Mutual lo pensiona a los 65 años, pero siguió trabajando. Ocupa los  cargos de  Director Ejecutivo de la Fundación Social de Coopdesarrollo, Fundesarrollo y asume la presidencia del Consejo Directivo de Cupocrédito.

“Bien dice la sabiduría popular: “Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer” y ella Era su señora, Tránsito, quien entendió la vocación de servicio de él y lo apoyó incondicionalmente. Mujer de fe, muy piadosa como su madre, “doña Emilia”, quien supo transmitirle las virtudes del amor, la compasión y la caridad cristiana.”, comentan las hermanas de Don Carlos Julio,

En  sus últimos años, se dedicó a vivir más  tranquilo.  A  leer y a escribir sobre el sector, mercadeo, filosofía, sobre los principios y valores, vitales para cualquier dirigente cooperativo,   y a practicar  con sus amigos el deporte del golf, involucrando a su señora y a sus hijos.

Entre varios  de sus pasatiempos, estaba la carpintería, “De hecho, mi papá construyó su propio taller en el patio de la casa y se dedicó a trabajar la madera para transformarla en objetos prácticos, útiles y decorativos, y también fue ingenioso y recursivo con los  metales y el cuero” dijo Francisco, “Pacho”,  su hijo diseñador.

Cuentan que era feliz  viajando con Tránsito, su señora,  los hijos y la familia.  “Recordamos con mucha alegría varios paseos. Uno muy   especial  a Ecuador en bus; otro, en tren a Nemocón; al Centro Recreativo y Vacacional Cafam, en Melgar,  y al apartamento de Cartagena.

La labor social desarrollada por Carlos Julio  fue reconocida por diversas personalidades  y organismos de la vida nacional,  que  veían en él, un ejemplo   como ser humano, como padre y   un experto, conocedor profundo  de  la economía solidaria, social y cooperativa.

Ese referente, junto con la mística, entrega, compromiso y liderazgo  para desarrollar el trabajo social, sumado a sus cualidades humanas como    jefe,  le hicieron merecedor de varios homenajes, distinciones y   condecoraciones.

En julio de 1996 recibió por parte de la Cámara de Representantes de Colombia la Orden de la Democracia, en el grado de “Comendador”.

Ese mismo año,  con mucha alegría  y gratitud,  celebró en su  hogar, junto con  su señora, hijos y otros  integrantes  de su familia, el aniversario  número 41 de matrimonio, y su cumpleaños número  74. “Fue un evento lleno de lágrimas de emoción y alegría”.

Carlos Julio Niño Rodríguez, fallece el 29 de septiembre de 1996, en Bogotá.

“Nuestras acciones deben seguir el principio de no dejar de hacer el bien que es posible, y por tanto, obligatorio”.  Carlos julio niño.

Un agradecimiento a  sus hijos, cuñados, nietos, y  hermanas por enriquecer esta biografía con  sus testimonios.

Igualmente, a  quienes  muy juiciosos y consecuentes abrieron  las páginas de los escritos de la familia: Teresa Benítez,  libro Historia de la Familia Niño Rodríguez; Jorge Niño, árbol genealógico de la  familia Niño Rodríguez; libro La Unión Hace la Historia, familia Niño Rodríguez, y Rosa Emma Niño Jiménez, con el   libro Forjadores del Cooperativismo Colombiano, así como a  Mauricio Niño Rodríguez y a Juan Carlos Montoya.

Las horas  más oscuras son aquellas que preceden al alba”.Rymel Serrano, habla de Carlos Julio Niño Rodriguez, su gran amigo, el “líder obrero” que le cambió su vida. 

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